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INFANCIAS EN JUEGO: URGENCIA DE UN MARCO LEGAL CONTRA LA LUDOPATÍA INFANTIL EN ARGENTINA


Por María José Motta 

 

La proliferación de tecnologías digitales ha traído beneficios indudables, pero también ha desencadenado problemas sociales significativos.
Uno de los más preocupantes es el aumento de la ludopatía infantil, un fenómeno que pone en jaque la salud mental y el desarrollo de los menores en todo el mundo. Argentina no es la excepción.
El acceso constante de los menores a dispositivos electrónicos, que a menudo se convierten en puertas de entrada a juegos de azar en línea, los expone a la posibilidad de desarrollar una adicción al juego a una edad temprana. Esta situación plantea interrogantes urgentes para los sistemas de salud mental, la política pública y, particularmente, el marco normativo. 

I. La Ludopatía Infantil: Un Problema Subestimado 

La ludopatía, o juego patológico, es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un trastorno del comportamiento que puede causar graves consecuencias psicológicas, sociales y económicas.
Aunque tradicionalmente ha sido un problema asociado a adultos, los avances tecnológicos y la accesibilidad a plataformas de juego en línea han generado una nueva preocupación: la ludopatía infantil.
En Argentina, el uso generalizado de dispositivos móviles por parte de menores ha facilitado su acceso a juegos que, aunque puedan parecer inofensivos a simple vista, contienen elementos de azar.
Algunos de estos juegos, conocidos como loot boxes o cajas de botín, simulan mecánicas de apuestas que incitan a los menores a gastar dinero real a cambio de recompensas virtuales aleatorias.
Este tipo de actividad es particularmente peligrosa para los niños, ya que sus cerebros aún están en desarrollo y son más susceptibles a la adicción y la búsqueda de gratificación inmediata.
El Informe de Ludopatía Infantil de la Lotería de la Ciudad (LOTBA) revela que más del 50% de los menores en Argentina acceden a dispositivos electrónicos con regularidad, y una gran parte de estos dispositivos se utilizan para juegos en línea.
Esta realidad plantea un dilema: ¿cómo proteger a los menores de los peligros del juego cuando están tan estrechamente vinculados a la tecnología?

II. Normas Insuficientes para un Problema Complejo

La Ley 25.295, promulgada en el año 2000 para regular los Juegos de Azar, evidencia actualmente una notable carencia de actualización frente al vertiginoso avance tecnológico y la globalización del acceso al juego. Esta normativa se desarrolló en un entorno donde predominaban los juegos de azar tradicionales, tales como casinos y loterías físicas, que constituían la principal preocupación regulatoria.
En este contexto, la Ley 25.295 no aborda adecuadamente la protección de menores respecto al acceso a los juegos de azar en línea, ni establece claramente la responsabilidad de las plataformas digitales en la gestión de estos servicios. Aunque su artículo 4° prescriba que tanto las autoridades nacionales, provinciales como las de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires deben cooperar en la fiscalización del juego, carece de disposiciones puntuales que regulen el uso de estas plataformas por menores de edad o que impongan sanciones suficientemente estrictas a las empresas que no apliquen mecanismos robustos de verificación de edad.
Esta dispersión normativa origina enfoques divergentes, que en muchos casos se revelan desarticulados e ineficientes. Algunas provincias, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Mendoza, han implementado políticas más restrictivas
Muchas de estas plataformas operan desde el extranjero, lo cual las sitúa fuera del alcance de las autoridades provinciales o nacionales, planteando serios retos para una regulación efectiva y coordinada a nivel nacional. La ausencia de una ley nacional que unifique los criterios y establezca mecanismos eficaces para prevenir el acceso de menores a juegos de azar en línea es una de las mayores carencias del actual sistema jurídico.
Respecto a la responsabilidad de las plataformas de juego, la legislación vigente es aún más insuficiente. Las empresas que operan sitios de apuestas en línea, tanto en Argentina como internacionalmente, han adoptado controles deficientes que permiten a menores registrarse con facilidad, usualmente solo mediante la declaración de mayoría de edad al marcar una casilla. Este tipo de verificaciones es claramente inadecuado, lo cual subraya la necesidad de una normativa más estricta que imponga mecanismos de verificación sólidos y sanciones severas para aquellas entidades que no cumplan con estas obligaciones.

III. La Responsabilidad de las Empresas Tecnológicas y las Plataformas Financieras

Uno de los aspectos más preocupantes del auge de la ludopatía infantil es el papel que juegan las plataformas tecnológicas y financieras en la facilitación del acceso de los menores al juego. En la actualidad, muchas de las fintech permiten que los menores accedan a billeteras electrónicas sin un control adecuado por parte de los padres o tutores, lo que les da la capacidad de gastar dinero en juegos de azar en línea. La pregunta que surge es: ¿hasta qué punto las entidades financieras son responsables por no implementar mecanismos más estrictos de verificación y control?
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha comenzado a explorar nuevas normativas para regular el acceso de los menores a servicios financieros, pero aún no existe una legislación específica que aborde de manera integral este problema. Las plataformas como Mercado Pago o Ualá, que permiten a los menores acceder a sus servicios, deberían estar obligadas a implementar controles adicionales para verificar que el uso de estas plataformas esté siendo supervisado por un adulto.
A nivel internacional, algunos países han avanzado en la regulación de las billeteras electrónicas y las transacciones financieras vinculadas a juegos de azar. Por ejemplo, en el Reino Unido, la Comisión de Juegos de Apuestas ha implementado medidas estrictas que prohíben a las empresas de juego aceptar pagos de menores de edad y exige verificaciones rigurosas de identidad.
Argentina podría beneficiarse de un enfoque similar, imponiendo una colaboración más estrecha entre las entidades financieras y las autoridades regulatorias para combatir el acceso de los menores a juegos de azar.

IV. Propuestas para una Regulación Integral del Juego en Menores

Ante la magnitud del problema, resulta fundamental la creación de un marco regulatorio integral que aborde la ludopatía infantil desde múltiples perspectivas: la educativa, la preventiva, la tecnológica, la financiera y la judicial.
A continuación, se presentan algunas propuestas clave para el desarrollo de una legislación robusta que proteja a los menores de la ludopatía:

1. Verificación de Edad Rigurosa: Las plataformas de juego en línea deben estar obligadas a implementar sistemas avanzados de verificación de edad, que no solo se basen en declaraciones autogestionadas, sino que exijan la presentación de documentación oficial y procesos de verificación cruzada.
2. Bloqueo de Sitios Web de Juego Ilegal: El Estado argentino debe continuar con los esfuerzos de bloqueo de sitios de juego ilegal, asegurándose de que todas las jurisdicciones colaboren en este esfuerzo. El acceso a juegos de azar desde redes escolares y públicas debería estar estrictamente prohibido.
3. Responsabilidad de las Entidades Financieras: Las fintech y los bancos deben ser responsables de monitorear las transacciones financieras relacionadas con juegos de azar realizadas por menores. Se debe exigir una supervisión parental obligatoria y un límite estricto en el uso de cuentas y billeteras electrónicas por parte de menores de edad.
4. Prohibición de Publicidad Dirigida a Menores: La publicidad relacionada con juegos de azar debe estar prohibida en medios dirigidos a menores, incluidas redes sociales y plataformas en línea donde los menores son usuarios predominantes. Los influencers y las personalidades públicas que promuevan juegos de azar también deben estar regulados, con sanciones severas en caso de incumplimiento.
5. Programas Educativos y de Prevención: Las escuelas deben implementar programas educativos que informen a los menores sobre los riesgos del juego y fomenten el desarrollo de habilidades críticas para reconocer y evitar conductas adictivas. Además, las familias deben ser incluidas en estos programas para asegurar un enfoque preventivo coordinado.
6. Atención Psicológica y Social Especializada: El Estado debe garantizar la creación de dispositivos de atención especializados para menores afectados por la ludopatía. Esto incluye la implementación de grupos de apoyo en hospitales y centros de salud mental que ofrezcan un abordaje integral y multidisciplinario para los menores y sus familias.

V. Conclusión: La Necesidad de una Respuesta Coordinada y Urgente

La ludopatía infantil es un fenómeno que no puede ser ignorado ni minimizado. El acceso de los menores a juegos de azar en línea, facilitado por la tecnología y la falta de regulación adecuada, plantea un desafío crítico para las autoridades, las empresas y las familias.
La creación de un marco legal robusto que proteja a los menores de los peligros del juego es una responsabilidad ineludible del Estado argentino. El camino hacia una solución integral pasa por la cooperación entre todos los sectores implicados: el gobierno, las plataformas tecnológicas, las entidades financieras, los medios de comunicación y la sociedad civil.
Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá garantizar que los menores crezcan en un entorno seguro, donde sus derechos sean respetados y su bienestar esté protegido frente a las amenazas de un mercado que, hasta ahora, ha sido en gran medida desregulado. Argentina tiene la oportunidad de liderar un cambio positivo en la regulación del juego y la protección de los menores. La creación de una legislación integral que contemple todas las aristas de este problema es el primer paso hacia un futuro donde los niños y adolescentes puedan crecer libres de las adicciones y los riesgos que hoy en día los acechan a través de las plataformas digitales.
Al fortalecer el marco regulatorio, implementar medidas de control y fomentar la educación preventiva, se puede construir un entorno más seguro para las futuras generaciones. La responsabilidad no solo recae en el Estado, sino también en cada actor de la sociedad, incluyendo a los padres, educadores, plataformas tecnológicas y entidades financieras.
La ludopatía infantil no es un problema que pueda resolverse con soluciones parciales o temporales. Requiere una estrategia coordinada, multidisciplinaria y, sobre todo, un compromiso firme con la protección de los menores.
La creación de políticas públicas eficaces y la regulación estricta de las plataformas de juego no solo evitarán que los niños caigan en el círculo vicioso de la adicción, sino que también enviarán un mensaje claro: la protección de la infancia es una prioridad incuestionable en cualquier sociedad que aspire a un desarrollo sostenible y ético. Este es el momento de actuar, de liderar un cambio que no solo proteja a nuestros menores, sino que también siente las bases de una regulación ejemplar que otros países puedan seguir.
Porque al final del día, la prevención y la protección no solo salvan vidas, sino que también construyen una sociedad más justa y consciente de sus responsabilidades.

 

* Abogada, Titular de Legal Link. Diplomada en Litigación Penal (UCES). Especialización en Cibercrimen y Evidencia Digital (UBA).

  

 

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